29 sept 2010

Veh: "Tenemos que cambiar la mentalidad"

Parece que el viejo Armin ha salido resabiado de los múltiples ceses que ha sufrido en su carrera. Siempre fue un entrenador al que acusaron de no tener disciplina ni carácter, lo que acababa provocando que sus vestuarios se desmadraran a los pocos meses de su llegada. Cuando aterrizó en Hamburgo, muy criticada su contratación por cierto, protagonizó algún que otro castigo a ciertos jugadores y tomó medidas disciplinarias internas para marcar el territorio. Algo común en muchos entrenadores, pero altamente novedoso en el nuevo míster del HSV.

Los últimos resultados han vuelto a sacudir la tranquilidad en la ciudad estado. La derrota por 1-3 ante el Wolfsburg y la imagen dada en el derby ante el Werder, han encendido todas las luces de alarma. A pesar de que se remontó un 2-0 adverso en Bremen, en los últimos minutos de encuentro, los mismos errores defensivos de las ultimas semanas costaron el 3-2 definitivo. Y la segunda derrota consecutiva de la temporada. A eso hay que unirle las bajas de Petric y Guerrero, considerables, teniendo en cuenta que el único delantero sano para los siguientes tres encuentros es Van Nistelrooy.

Este "raje" del entrenador hacia los jugadores tras el bochorno del Weser ha tenido consecuencias. Ruud en declaraciones a BILDSport ha dejado claro que al equipo le hace falta mejorar en su juego y hacerlo más cohesionado. Kacar, que está siendo bastante criticado por los medios, también ha salido a contar su versión. Le ha pedido Veh más confianza en él y tiempo, ya que llegó el ultimo, con la pretemporada iniciada tras un periodo vacacional más largo que el de sus compañeros. En la prensa hanseática empiezan a tirarle en cara sus 5 millones de euros de coste y su nulo rendimiento. En realidad, poco puede demostrar el jugador serbio saliendo al terreno de juego faltando 15 minutos y con los partidos en su mayoría perdidos o ganados.

No cabe olvidar que la plantilla del HSV es corta. El centro del campo está sujeto por Ze Roberto y Jarolim, dos veteranisimos jugadores que no cuentan con sustitutos de garantías, unido al desastre en los laterales. Es extraño que el conjunto del Imatech Arena, con uno de los costes de plantilla más altos de la liga (el 3º) y con el segundo presupuesto más elevado del campeonato, tenga un roster tan desequilibrado. Su 11 titular es bueno, pero detrás, hay poco. Todavía hay motivos para la esperanza, esta temporada la POKAL parece que se va a tomar en serio, unido a que el Hamburgo siempre ha sido un equipo de segundas vueltas, hace pensar que esta temporada luchar por una plaza en Champions no será misión imposible.

24 sept 2010

Llega el gran derbi: Werder-HSV

La liga avanza, ya nos sitúa en la jornada seis. La pasada semana estuvo repleta de partidos de gran rivalidad, en todas las categorías. Pero aun quedan algunos encuentros entre viejos enemigos por disputar. Entre ellos está el gran derbi del norte. Werder Bremen Vs Hamburgo. Una rivalidad legendaria que ha crecido al calor de la superioridad Rothosen sobre los bremers. Recordemos que en los 60 años de existencia de campeonatos federales, el Hamburgo ganó 13 de los últimos 16 disputados, ridiculizando al Werder siempre que tenia ocasión.

En la era Bundesliga la cosa ha cambiado bastante. Los ochenta fueron dominados por los propietarios del Weser, comandados por un gran Otto Rehhagel impusieron su ley en la liga alemana, mientras el HSV campeón de Europa se descomponía cerrando su etapa de dominio. Aun el Bremen alargó su reinado hasta el inicio de los 90, tras su ultimo gran éxito, acompañó al Hamburgo en una travesía por el desierto, ambos discurrieron por la parte baja de la tabla, sin aspiraciones, más allá de la mera supervivencia. En esa época se fraguó la actual igualdad.

Con Thomas Schaaf el conjunto de la Venecia alemana renació de sus cenizas. Por contra el Hamburgo desde la época de Félix Magath y Kevin Keegan no ha vuelto a ser lo que era. El cambio de siglo le ha venido bien a ambos, pero mucho mejor al conjunto del Imatech Arena. Aunque resulte paradójico. El Werder es el que ha ganado campeonatos y ha luchado por ellos, sin embargo el conjunto hanseático (ambos lo son en realidad, pero utilizaré el termino para referirme al Hamburgo) ha alcanzado el estatus de eterno aspirante. Aunque sea poco para un club de la historicidad del HSV, es bastante comparado con lo que ha sido durante la década y media anterior al año 2000.

Parece ser que volvemos a estar en una etapa de igualdad. Los bremers las ultimas tres temporadas llevan arrastrando un ciclo negativo, fruto de no haber sabido renovarse convenientemente. Sus mejores jugadores son viejas glorias, que todavía viven del éxito de 2004-05-06. Los pupilos de Veh tienen cierta ansia de revancha. Las ultimas dos campañas se han quedado a las puertas de hacer historia. Semifinalistas de UEFA y dejando escapar el titulo de liga en el ultimo mes y medio. El inicio de campeonato para ambos no ha sido demasiado positivo. El Werder continua evidenciando el agotamiento de una era, y al HSV le vuelve a pesar la losa de no saber competir.

La jornada intersemanal ha sido un suplicio para ambos. Los muchachos de Schaaf fueron humillados (la segunda goleada que encaja en seis jornadas) por el Hannover, candidato al descenso al inicio de la liga, con un 4-1 espectacular. Los hamburgueses cayeron en su feudo por 1-3 ante el Wolfsburgo, resultado que hay que unir los empates conseguidos en las dos ultimas jornadas(ante Nürnberg y St.Pauli, ambos por 1-1). Con estos antecedentes, no solo nos espera, como siempre, un apasionante encuentro, sino que además tiene el aliciente que marca la tabla de clasificación. El HSV podría dejar al Werder en puestos de descenso si gana y el Bremen, descolgaría de la cabeza al Hamburgo con un triunfo.. y alargaría su reinado triunfal sobre sus vecinos.

22 sept 2010

Robert Schlienz: El héroe de Stuttgart.

Las guerras no han sido indiferentes para nadie, han afectado a todas y cada una de las capas sociales de los países afectados. El fútbol nunca fue una excepción, los diversos conflictos bélicos que asolaron Europa en las primeras décadas del siglo XX acabó con multitud de clubes y cientos de jugadores. Robert Schlienz podría haber sido un caído más de la II Guerra Mundial, otro de los muchachos del FV Zuffenhausen muertos en el conflicto. Pero tuvo suerte, una bala soviética le impactó en el mentón y lo mandó de vuelta a Alemania. El Frente ruso había acabado para él.

Tras la guerra, la desolación. El club de su vida, con el que había jugado y se había hecho un nombre, con el que debutó en el primer equipo con 16 años, desapareció.
Schlienz fue de los pocos jugadores del equipo que sobrevivió a la guerra. Los que no murieron en el frente, acabaron en campos de concentración rusos. Quienes salieron vivos de ellos acabaron demasiado tocados como para reengancharse a la vida. Stuttgart era la única vía disponible.

En la ciudad automovilística crearía su mito. 45 goles en 30 partidos fue su carta de presentación en el
Gottlieb Daimler. Aquella temporada el Stuttgart ganaría su primer titulo de liga. Su mentor en el equipo rallado fue Ernst Schnaitmann, portero y capitán, que coincidió con él en la selección juvenil y con el que se enfrentó en diversas ocasiones en la Gauliga Süddeutscher. Delantero rápido, habilidoso.. un jugador franquicia que era capaz de ganar él solo los encuentros. Su desparpajo y su simpatía le sirvieron de complemento a su fútbol para calar entre la gente. No fue nunca un ejemplo de profesionalidad, la disciplina no iba con él, capaz de saltarse algún que otro entrenamiento en aras de cultivar sus relaciones con las chichas más atractivas de la ciudad.

La vida todavía le tenia preparada una desagradable sorpresa, que le cambiaría para siempre. Tras acudir al entierro de su madre,
Schlienz cogió prestada una furgoneta de uno de sus familiares para recorrer los 40 kilómetros que le separaban del resto de sus compañeros. Esa misma tarde el Stuttgart jugaría un crucial encuentro para determinar el campeón federal. Con la radio a toda pastilla, y con su inseparable cigarrillo, a 30 grados de temperatura, Robert, bajó la ventanilla del coche y sacó su brazo izquierdo para refrescarse. La velocidad y el mal estado de la carretera hicieron el resto. El vehículo volcó, y el antebrazo del jugador, quedó amputado.

Una desgracia que podía haber retirado del fútbol a cualquiera. Pero no a él.
Gorg Wurzer, entrenador del equipo, le convenció para que continuara jugando. Las dudas eran evidentes en Robert. ¿Como se enfrentaría a los defensas? ¿Como afrontaría una caída tras una entrada?. De la tragedia salió un gran futbolista. Wurzer trabajó con el muchacho en solitario durante meses para prepararlo, retrasó su posición, alejándolo del choque con los defensas. Desde su demarcación de enganche, Schlienz se convirtió en el mejor jugador del país.

Solo cuatro meses después de su accidente, volvió a aparecer sobre un terreno de juego. Con la camiseta atada a la altura del muñón y ante 86 mil espectadores, el
Stuttgart con un gol suyo ganaría por 2-1 al Bayern de Munich. La prensa de la época atribuyó el éxito del equipo a la presencia del jugador. "Los sureños jamás habrían sido campeones sin Schlienz", tituló en portada Kicker. Y puede que no les faltara razón. La mejor actuación del delantero en su nueva etapa la firmó ante el Saarbrücken en la final del campeonato nacional de 1952. Tras ir perdiendo 0-1 en el descanso. Schlienz deleitó al publico con una magistral actuación. Él solo fue capaz de ganar el encuentro, asistió en los goles, para imponerse por 3-2 al conjunto del Sarre, y dirigió al equipo desde la media para alzar el segundo titulo de la historia para la entidad del sur de Alemania.

Años más tarde,
Di Stefano, que se enfrentó al Stuttgart con el R.Madrid en un amistoso, declaró que el mejor jugador que había visto sobre el terreno de juego en aquel partido, solo tenia un brazo. En temporadas sucesivas, Schlienz, ya como capitán del equipo, condujo a los suyos hacia otra final de liga, que perderían ante el Kaiserlautern, y a conquistar dos copas alemanas. Fue declarado durante 4 temporadas consecutivas como mejor jugador del país, cerró su carrera en 1960 habiendo anotado 200 goles en 340 partidos.

La intransigencia y los prejuicios no le dejaron poner la guinda a su carrera.
Sepp Herberger siempre fue reacio en llevarlo al combinado nacional. Su dilatada estancia al frente del seleccionado teutón, perjudicó gravemente la carrera internacional de Schlienz. Solo pudo vestirse como internacional en tres ocasiones, ya en el final de su carrera, y como homenaje a su trayectoria. Robert Schlienz falleció en 1995, estando considerado como el mejor jugador de la historia del Stuttgart, dando nombre al estadio que forma parte de la ciudad deportiva del club.

14 sept 2010

Los derbis de las dudas.

El próximo fin de semana la ciudad de Hamburgo volverá a vivir un derbi tras ocho temporadas. Los dos equipos se puede decir que llegan de igual forma. Con dudas. El Pauli comenzó el campeonato ganando por 1-3 al Friburg, en una gran demostración de fútbol. Los posteriores encuentros han puesto en evidencia las carencias de los piratas. La derrota ante el Hoffenheim, in-extremis (Vorsah minuto 87), y la posterior derrota en un flojo encuentro ante el Colonia (1-0) han acabado con la buena imagen del estreno ligero. A pesar de las derrotas, el equipo del Millerntor ha conseguido dominar por momentos los partidos, pero no ha sabido ser regular durante 90 minutos.

En el otro lado, el Hamburgo comenzó mejor. Ganó con soltura al Schalke, remontó en un gran partido en Frankfurt (1-3) pero se atascó ante el Nürnberg. Un gol tardío de los bávaros dejaron en tablas un flojo encuentro que el equipo de Armin Veh no mereció ganar. Resulta paradójico, que el mismo entrenador que apostó por la salida del club de todos sus medias-puntas, ahora se encuentre ante un problema... que ni Petric, ni Trochowski, ni Guerrero, se amoldan a esa posición, ralentizando el juego de su equipo. Pero no es el único contratiempo, como se vio el Sábado, los desajustes defensivos, al igual que el pasado curso, volvieron a costar puntos. Por si no fuera poco, Mladen Petric, con una lesión muscular, estará de baja durante tres semanas.

Estos problemas son livianos en comparación con los que se viven a cientos de kilómetros. El otro gran enfrentamiento de la semana lo protagonizan el Schalke y el Borussia Dortmund. Los amarillos llegan eufóricos, pese a su mala imagen ofrecida en la primera jornada ante el Leverkusen (0-2), se ha repuesto bastante bien. Su ultimo triunfo ante el Wolfsburgo (2-0) ha encumbrado a una de sus nuevas incorporaciones, Kagawa. Este joven japonés es la autentica referencia en ataque del conjunto de Jürgen Klopp. No puede decir lo mismo Magath de su equipo, que con cero puntos, cierra la tabla.

El ambiente en el Veltins Arena no es demasiado saludable, incluso con ironía el propio entrenador afirmó que esperará con paciencia hasta el final de temporada a que su equipo arranque. La verdad es que un mal resultado en Champions unido a otra derrota ante el Dortmund dejarían la posición de Magath bastante tocada. No es el Schalke un equipo que destaque por su paciencia con los entrenadores. Slomka cayó en idénticas circunstancias, tras firmar un campeonato de liga idéntico al pasado curso.

11 sept 2010

¿Que te pasa Félix Magath?

El Schalke volvió a perder, esta vez ante el Hoffenheim. En tres jornadas tres derrotas, a cada cual más dolorosa. En el Neckar-Arena la imagen no fue mala, incluso se pude decir que por momentos el dominio de los royal-blues fue evidente sobre el equipo local. Pero aun así el conjunto de la cuenca del Ruhr sigue sin funcionar. Poca queja tendrá el entrenador, que está viendo con impotencia, como se le va apretando una soga alrededor de su cuello que puede propiciar su salida.

Magath, nunca ha sido un entrenador de club. Siempre ha dicho lo que ha pensado, cayera como cayera. Si ha tenido que criticar la política de contrataciones de su equipo no se ha cortado. Si ha tenido que enfrentarse públicamente a un jugador, lo ha hecho. Incluso si el objeto de su cruzada era el propio Hoeness, cuando entrenó al Bayern. Por esa clase de motivos, quizá, Magath nunca haya aguantado más de 3 temporadas en ningún equipo. Este verano en el Schalke no ha sido diferente. Tras ganar autoridad moral con su fantástica campaña, destacando la recuperación para el fútbol de jugadores que se daban por perdidos, como Kuranyi o Farfán, el viejo sargento de hierro a vuelto a las andadas.

Esta pretemporada fue difícil a orillas del Veltins Arena. Su entrenador, quejoso, se pasó todo el periodo estival reclamando dinero para realizar incorporaciones. ¿Su base argumental?, "No tenemos equipo para competir en liga y champions". Tras semanas de cruce de declaraciones el club sacó de la nada los 30 millones que su mánager reclamó. Aunque para eso tuvo que vender a gente como Westermann o Rafinha. Magath tiene lo que quería, lo que ha pedido, hasta las ultimas consecuencias. Pero los resultados no llegan.

Si no fuera poco todo esto, en la grada empiezan a existir grietas. Tras la derrota en Hamburgo, los jugadores del Schalke fueron a saludar a los más de 2000 hinchas que se desplazaron al Imatech Arena, recibieron por parte de estos unas camisetas blancas, que se enfundaron. En ellas se podía leer "Somos un pequeño grupo de gente". Ese lema viene motivado por el enfrentamiento del entrenador con uno de los colectivos ultra más importantes del club. La negativa de Magath a complacer sus caprichos, llevó a dedicarles este piropo cuando los aficionados comenzaron a cantar y a dedicar pancartas en contra del entrenador. El gesto de los futbolistas, máxime cuando Manuel Neuer ha sido en su juventud integrante de dicho grupo, ha sido visto en Alemania como un mensaje de la plantilla contra el propio Magath.

Con la Liga de Campeones ya en liza, los mineros tendrán que recibir en la cuarta jornada al Borussia Dortmund, en uno de los derbis más calientes del país. Lo peor para el Schalke habrá pasado tras el enfrentamiento con los borussers. Aunque es arriesgado hablar de un calendario propicio. Si no consiguen puntuar contra los pupilos de Jürgen Klopp, y su aventura europea no mejora los resultados obtenidos en la liga (el Schalke jugará en Lyon), el futuro del entrenador milagro empezará a adquirir tintes oscuros.

10 sept 2010

La tragedia del Rot-Weiss Essen.

Helmut Rahn, Horst Hrubesch, Mario Basler... solo mencionando esos nombres ya se puede hacer una idea de la relevancia que ha tenido el RWE (Rot-Weiss-Essen) en la historia del fútbol alemán. Sin duda su época dorada fueron los años 50, donde a pesar de todo no lo tuvo nada fácil. Coincidió con el gran Kaiserlautern de los hermanos Fritz-Walter y sus cinco amigos que condujeron al combinado nacional hacia el milagro de Berna. Además son, fueron, vecinos del Schalke, del Schalke de la quinta década, un conjunto invencible, que consiguió romper el dominio del Nürnberg. A pesar de eso, el RW-Essen supo doblegar a sus rivales. Fue campeón en 5 ocasiones de la Oberliga-Occidental, también conocida como la Gauliga-Niederrhein, la liga del Ruhr.

Helmut Rahn contra Fritz Walter, esa fue la fotografía de la final del campeonato germano de 1955, en la que el Essen venció al Kaiserlautern por 4-3, en uno de los encuentro más emocionantes y que más se recuerdan de la época. Los dos mejores conjuntos de la década, por fin, coincidieron cara a cara. La ultima marcha del Rot-Weiss fue en 1996, perdió por 3-1 ante el Werder Bremen en la final de copa. Desde entonces el conjunto titular del Georg-Mechels ha transitado por una aventura apocalíptica que está llevando al club a sus ultimas consecuencias.

El pasado mes de Junio los esenios se declararon en quiebra. Casi de forma obsesiva, durante tres temporadas, se gastó ingentes cantidades de dinero para reflotar al equipo. Que militaba en una indigna Regional-Liga. Su fracaso fue evidente. Las estrictas normas alemanas hacen que su fútbol sea el único saneado y rentable de Europa. Sin embargo, es el país en el que más descensos administrativos se producen y más quiebras se declaran. ¿Por que?.

Sus entidades tienen prohibido cerrar con perdidas un ejercicio. Y aunque pueden endeudarse, su endeudamiento tiene un limite, y lo marcan sus ingresos anuales y su patrimonio neto. Si un club tiene 5 millones entre ingresos y patrimonio, no podrá tener más de 3 millones de deuda. Si supera esa norma, entra en quiebra. La DFB concede un plazo de 25/30 días para que se salde dicho desfalco, y si no se consigue, de forma irremediable se produce el descenso.

Estas medidas son las causantes de que por ejemplo, en la antigua RDA, todos los veranos, sus equipos se las vean negras para poder conservar sus plazas. El B.Dortmund en 2004, fue la única entidad de primera que estuvo a punto de sufrir un descenso tras declararse en quiebra. La venta del Westfalen a Iduna, salvó a los borussers de perder hasta 3 categorías.

El Rot-Weiss salvó un match-Ball, consiguió 700 mil euros para liquidar las perdidas a 30 de junio. A través de una iniciativa popular, recogió 180 mil euros para comprar la licencia en la NRW-Liga, pero no encontró los 2 millones de euros necesarios para liquidar su deuda acumulada. Su descenso sin duda fue una pequeña victoria. De desaparecer, hasta descender cinco categorías, solo tuvo que bajar un escalón. Ahora, agobiado por las deudas, con la amenaza de sufrir otro descenso, y con la sombra de la liquidación planeando sobre sus cabezas, se a tomado una decisión extrema.

El Georg-Mechel, estadio mitico donde los haya, que ha visto pasar por sus vestuarios a lo más grando de la historia del futbol alemán, donde Pelé jugó un par de amistosos, y fue nombrado socio de honor del club, ha sido vendido. Ahora el RW-Essen, tiene unos meses para abandonar su estadio. Los problemas no acaban. Ya derruido el fondo sur, e iniciando el derribo del norte, se encuentran sin casa, sin dinero para construir otra, y sin demasiado apoyo municipal.

El Ayuntamiento de la ciudad se mostró reacio a la construcción de un Arena con fondos públicos. La presión popular, está haciendo mella, y lo que hace unas semanas era una oposición rotunda por parte de los políticos, ahora se ve como una posibilidad real. En todo caso, desde la elección del proyecto, hasta su ejecución, y el inicio de las obras, estamos hablando de dos a tres años, un periodo de tiempo en el que el Rot-Weiss tendrá que jugar como alquilado en estadios de las poblaciones cercanas. Mejor eso, que nada.

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