Como en los viejos tiempos.

No hace mucho en la fría y opaca RDA los encuentros entre el Carl-Zeiss Jena y el Dynamo Dresden representaban mucho más que un partido de fútbol, era el choque entre los dos contrapesos al poder pre-establecido en la Berlín futbolística ( y política), los dos magnánimos dominantes del primigénico fútbol post-bélico en la zona roja alemana. Lejos de aquellos enfrentamientos de los años sesenta y setenta, que paralizaban durante 48 horas una nación castigada hasta la extenuación en sus libertades, se enfrentaron el pasado fin de semana en Dresden ambos conjuntos.

Olvidados aquellos amoratados duelos en blanco y negro, y sumidos en la depresión post-reunificadora que ha lastimado a todo el fútbol de la RDA desde 1992, se vieron las caras ante 30 mil espectadores el pasado domingo en el moderno Rudolf-Harbig. A diferencia del pasado, en los tiempos de los clásicos derbis de antaño, ni entre las gradas del cosmopolita recinto sajón, ni entre las calles de la ciudad del este más apasionada por el deporte rey, ni en los vestuarios de ambos equipos, habían miradas nerviosas, gestos tensos ni silencios incómodos ante la posibilidad de cruzarse con un Informelle Mitarbeiter , colaborador informal de la Stasi, cargo con el que el gobierno socialista de la RDA maniataba de por vida a futbolistas, empresarios y toda clase de personajes públicos para que realizaran el trabajo sucio de los servicios de inteligencia.. denunciar a todo aquel personaje influyente por anti-patriótico, anti-socialista o por traidor. Los vestuarios de la Alemania comunista estaban infestados de IM's (siglas de Informelle Mitarbeiter ).

El Dynamo cuenta con el mejor historial europeo de un club de la RDA, pese a que el Magdeburgo ganara la Recopa en 1974, y tanto Carl-Zeiss Jena como Lokomotiv Leipzig se plantaran en ambas finales continentales. El conjunto aurinegro fue el que más partidos europeos disputó y más rondas pasó, a pesar de no disputar ninguna final. Gerd Weber, mítico jugador del Dynamo, y una de las estrellas de la RDA, era colaborador de la Stasi, un Informelle Mitarbeiter , como tantos otros futbolistas del este. En un desplazamiento de su equipo a Eschende, para enfrentarse al conjunto local, el Twente, varios compañeros suyos recibieron en el hotel de concentración la visita del presidente del Colonia, delante de un café humeante, en un rincón apartado de miradas inquisidoras, y bañados por el espeso humo del tabaco occidental, un producto de lujo en la RDA, depositó sobre la mesa pasaportes, billetes, y toda clase de documentos preparados para que los cuatro mejores jugadores del este desertaran a la opulenta Alemania occidental. Weber no informó a la Stasi de dicho acontecimiento, pero si lo hicieron otros tres jugadores del equipo, destapando su silencio. Gerd Weber fue encarcelado, y apartado de la práctica del fútbol por traidor.

Jamás fue considerado como tal por los suyos, el odio hacia Berlín, Mielke, la Stasi y el Dinamo Berlín en la capital sajona, continua latente, hoy en día Weber es un símbolo y un ídolo entre la masa aurinegra, fue recibido con los brazos abiertos en la modesta reedición del derbi del este en la 3.Liga y restituida su imagen de forma oficial. Aunque lejos de la opulencia de antaño y alejados del glamour de competir cara a cara por un campeonato de liga o en unas semifinales de copa, la empresa que volvió a reunir el pasado domingo a ambos conjuntos no era tampoco de menor importancia, nada más ni nada menos que un ascenso, con la posibilidad de volver al fútbol profesional, dejando al eterno rival en la cuneta.

En la primera vuelta el Dynamo, en su peor momento de la temporada, consiguió golear al Jena por un contundente 0-4. Tanto mal hizo el resultado, que en un abarrotado Rudolf-Harbig (se agotaron las entradas una semana antes del encuentro) el Carl-Zeiss Jena endosó un 0-3 al Dynamo que deja al conjunto de Matthias Maucksch prácticamente sin posibilidades de conseguir la tercera plaza en la clasificación. Los visitantes, con este triunfo, y su posterior empate a cero ante el filial del Bayern, dejan al Jena a falta de cuatro partidos a tres puntos de la tercera plaza, a cuatro del segundo clasificado y a cinco del primero, el Aue, antiguo Carl-Marx-Stadt .