La década de los 80 se llevó la peor parte en lo referente a la moda. Aunque los 90 no se quedaron cortos, las hombreras lejos de desaparecer se reinventaron, las americanas de colores variopintos empezaron a combinarse con vaqueros, tupes, y cortes de pelo al cero acabaron con las melenas y los bigotes. Una época dura de la que el fútbol no fue esquivo. Alguna especie de epidemia epiléptica invadió los estudios de diseño de medio mundo, creando estampados horribles, lineas deconstruidas, degradados imposibles y combinaciones coloristas de muy mal gusto que invadieron por la fuerza nuestros armarios.
El fútbol no fue esquivo a aquel ataque. Sobre todo se cebó con Alemania, probablemente tanto su selección como sus clubes queden considerados para toda la eternidad como los peor vestidos. Aquello del “amor por unos colores” nunca estuvo tan vacío de contenido como en aquella época, el afecto dejó paso al odio, y así salieron aquellas camisetas. Probablemente algún estudioso moderno de hoy en día hasta podría crear un perfil psicológico sobre el autor de aquellos diseños, hay demasiadas cosas ocultas entre tanta linea mal puesta. En días como estos cualquiera de nosotros se alegra de no haber nacido siendo aficionado al Bochum.
Especialmente del Bochum, muchos con el paso del tiempo se han librado de esa lacra modista, pero el pobre conjunto del Ruhr sigue , aunque hoy en día le dejan descansar de vez en cuando, sufriendo ataques contra su dignidad. La camiseta de su ultima temporada en primera no tiene nada que envidiarle a aquella del arco-iris de mediados de los 90 que tanto impacto causó entre la sociedad de la época. Puede que la misma esté en dura competencia con la del Kaiserlautern en 1993 por ser el producto menos vendido de la historia de la humanidad. Aunque lo parezcan, las imágenes que ilustran esta entrada no son fakes, son reales, como se puede comprobar en este video entre el Eintracht Frankfurt y el Wattenscheid, cuyas camisetas aparecen en la galería. Quizá sea buen momento para presentar alguna demanda por daños y perjuicios.
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