11 ago 2011

Muertos, pero muy vivos.

La Bundesliga empezó fuerte, dando una muestra inequívoca de que sigue siendo el campeonato más igualado y competitivo del viejo continente. En la primera jornada, muestra de poco, abundaron las sorpresas. Algunos equipos que ciertos gurús (poco o nada relacionados con la Bundesliga más allá de cierta élite) dieron por muertos antes de que empezara a rodar la pelota protagonizaron la campanada. Uno de ellos, quizá por el favoritismo extremo del Bayern, fue el Gladbach de Lucien Favre, al que pocos han atribuido el éxito del sonado triunfo de los potros en el Allianz Arena.

Aunque la realidad es tozuda y nos indica lo contrario. Desde la llegada del ex del Hertha al Borussia-Park el equipo del Rin ha pasado de ser un grupo desordenado que corría sin sentido por el campo a conformar un bloque sólido. Sin el exceso de talento que procesan otros rosters, este simple ingrediente ha sido más que suficiente para levantar un equipo que olía desde hacia mucho a muerto. Probablemente el triste destino del equipo en este campeonato no difiera mucho del que le ha tocado vivir a una de las instituciones más laureadas del fútbol germano desde su primer descenso a finales del la década de los 90. Pero si algo diferenciará esta campaña de las otras, es que este Borussia venderá muy cara su piel.

Por el contrario el nuevo Bayern de Heynckes difiere muy poco del de siempre. El tiempo dirá si el Dortmund aguanta la maldición del equipo champions, esa que dice que a los de Klopp la máxima competición les supondrá tal lastre que acabará alejándolos del podio. O si el renovado Wolfsburgo de Magath, en su tercer proyecto millonario, funciona de verdad o como la temporada pasada lucha por objetivos más modestos. Incluso la competición marcará si esa especie de dream-team-púber que ha conformado Frank Arnesen a orillas del Elba va en serio o es otro proyecto fallido en la ciudad del diamante. Pero a priori los bávaros se enfrentan al asalto a la ensaladera más complicado en muchísimos años. Y la historia nos dice que siempre que los muniqueses han tenido un verdadero rival por el titulo pocas veces lo han ganado. El Bayern arrastra vicios y problemas del alocado intento de Hoeness de llevar al sur de Alemania a algunos de los mejores jugadores del momento. Ribery está cansado de Baviera, Roben es tan irregular como genio incontestable cuando tiene su día, y además ha vuelto a su "vieja costumbre" de encadenar lesión tras lesión. E el resto vive en su particular hoguera de vanidades a la que se le une Neuer, un portero que está condenado a vivir con un añadido triple de presión.

Si la entidad consigue sobrevivir a todo eso, saldrá ganando la competición, que no contaba con una parrilla de salida de tal calibre quizá desde aquellos maravillosos años setenta. Otro de los cadáveres mediáticos del momento, el Stuttgart, se destapó con una soberana paliza al eterno candidato, el Schalke. Los de Labaddia pudieron infringir una derrota más que humillante a los mineros, pero como buenos suevos, fueron prácticos y cerraron su exhibición futbolística cuando vieron amarrados los tres puntos. En el equipo rayado destacó el enésimo oriental en aterrizar en tierras germánicas, Okazaki, que con un autentico golazo puso el broche de oro al corto 3-0 local con el que solventaron la papeleta, resultado que ha levantado ampollas en la cuenca minera. Por lo visto en el Veltins-Arena, la vida, por muchas temporadas que pasen, continúa igual que siempre.

Otro de los cadáveres que nos dejaron los del papel cuche es el Werder Bremen. El incombustible Thomas Schaaf con su eliminación prematura en la Pokal quizá imaginó un año repleto de criticas (algunos pidieron su destitución tras el descalabro en la competición del KO) aunque el juego desplegado en su triunfo ante el Kaiserlautern, donde Ekici sujetó al equipo en la medular dotando al equipo de una seguridad defensiva que se había perdido en los dos últimos años gracias al desfonde de Frings, invita al optimismo. Entre tanta resurrección tenia que haber una nota discordante. Y esa no es otra que el Colonia. Un equipo llamado a defraudar temporada tras temporada. El espectáculo dado ante el Wolfsburgo, sobre todo en tareas defensivas, rozó el insulto. Solbakken tienen mucho trabajo por delante si no quiere morir sepultado por el incendiario entorno de las cabras, que ya le recibió de uñas, cuando no se le ocurrió otra cosa que presentarse a la pretemporada cuatro días después de lo que lo hicieron sus jugadores, motivos de estrés, alegó el manager de moda en la pasada Champions League.

Entre cadáveres frescos y muertos muy vivos, no nos podemos olvidar del Nürnberg, un equipo que el pasado cursó clasificó cerca de la zona media alta y que en esta, para muchos, era uno de los principales candidatos al descenso. Quizá, mucha gente haya olvidado que el Augsburgo juega en primera esta temporada, que el Friburg sin Cissé es poca cosa y que el Hertha conserva el bloque de la Bundesliga.2 sin apenas retoques significativos. El otro grande del estado de Baviera, a pesar de contar con bajas sensibles como las de Gundogan, sigue con su particular política de jóvenes talentos, que quizá, en mi opinión, le vuelvan a llevar a protagonizar un año placido y sin agobios. La segunda jornada, a puertas, nos deja más que interesantes duelos para que no se nos quite este grandioso sabor a gloria que trajo el estreno. Veremos cuantos muertos continúan con vida tras este fin de semana.!

No hay comentarios:

Entradas relacionadas

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...