4 ago 2011

Hacia algún lugar.

Es mucho más de lo acostumbrado decir que el HSV va hacia algún sitio. Desde tiempos inmemoriales es la primera vez que el club, gracias a Frank Arnesen, ha establecido unas lineas maestras a seguir. Que en sus primeros compases funcionen o no lo dirá el tiempo y Michael Oenning, pero a diferencia de otras épocas – muy arriesgado decir esto hablando del Hamburgo – el mal o buen que hacer en la Bundesliga no supondrá la enésima revolución francesa en el seno de la entidad, con sus correspondientes decapitados.

El director deportivo ha establecido – con unas bases que ya instaló Reinhardt hace meses – una clara filosofía de apuesta por el jugador joven y la promoción interna. Quizá desde que Branko Zebec a mediados de los setenta apostará por los Magath, Milewski y compañía los rothosen no habían salido de inicio con un equipo tan joven y en apariencia sobradamente preparado. Y mucho menos con un proyecto tan definido.

La última perla en llegar es el noruego Skjlelbred, jovenzuelo procedente del Rosenborg, para apuntalar el centro del campo, una parcela sensible de la que se ha cojeado durante bastante tiempo y que tras la salida de Ze Roberto – y con el poco acierto del venezolano Rincón – había quedado renqueante. Las dudas ahora recaen sobre la defensa. Mancienne llegó apuntando fuerte y con unas expectativas altas, pero su rendimiento durante los amistosos de pretemporada ha dejado mucho que desear, quizá, la tranquilidad de Oenning para con la posición de central que ocupa el ex- del Chelsea este basada en la polivalencia de Kacar, que ya jugó más de un partido el pasado curso en la zaga con muy buen rendimiento, llegando incluso a rendir muy por encima de lo demostrado en su posición natural.

Sobre los nuevos púbers hay que quedarse con Töre, el enésimo germano-turco que ha encandilado al publico hanseático durante todo el verano por su rapidez en la banda y su virtuosismo en el regate en velocidad, que encontrará sin duda en el coreano Son, un aliado perfecto en el juego eléctrico. Este ultimo, tras un complicado año – se lesionó en la copa de Asia en su mejor momento – tiene que consolidarse en el ataque local, capacidad ha demostrado tener para sustituir a Kagawa como la sensación oriental del momento.

Diekmeier, Beisc, Mancienne, Aogo, Tesche, Ben-Hatira,
Bruma, Sala, Son, Behrens, Töre y ahora Skjelbred son las perlas infantes de la corona. Un puñado de muchachos que el más viejo de ellos no sobrepasa los 23 años de edad y que están llamados a resucitar la grandeza de un equipo que lleva demasiado tiempo aletargada. El Viernes ante el Dortmund – ojo a lo que voy a decir – se espera un encuentro más que igualado y en el que perfectamente, esta vez si, el equipo puede dar la sorpresa y empezar el año de la forma más positiva posible. Hay hambre y hay talento, solo falta creérselo un poco.

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